El frescor de los cercanos prados y el ya amarillento color de sus fresnos acompañaron en la mañana del pasado domingo (21.10.12) la celebración del “ofretorio” celebrado en la ermita de Santa Bárbara en la pequeña localidad sayaguesa de Tudera. El “tiempo festivo” está en constante cambio en el mundo rural y si hasta hace unos años se celebraba el domingo por la tarde después del preceptivo rosario, este año se hizo después de la misa dominical, tampoco se realizan ya las tradicionales ofrendas a la santa pero la devoción del vecindario persiste, quizá agradeciendo la intervención de la santa cuando se avecinaba alguna tormenta y se tocaba el “tente nublao”.
Ceremonia sencilla la de sacar en sus andas a santa Bárbara y a santa Catalina para que, a la cabecera de la ermita, reciban las ofrendas (en dinero) y el respeto de los vecinos, para continuar alrededor hasta volver a colocarlas en el interior del templo.
¡En verano hay más gente, ahora somos pocos! comentaba un vecino excusándose del escaso público que acompañaba a la comitiva; pero da igual, de lo que se trata es de ofrecer un día de fiesta (el tercer domingo de septiembre) a las dos santas mártires; la fe, la devoción, no necesita de multitudes, cada uno de los presentes la lleva en el corazón.
Texto: José Lorenzo Fernández Fernández
Licenciado en Historia Moderna