Epílogo
Y después de todos estos acontecimientos, queda todavía otra liturgia callada, escondida pero real y anónima, hecha como siempre por cientos de manos de mujeres.
Las capas, túnicas y caperuces, con los que se visten los zamoranos, las hermandades penitentes y cofradías, regresan a sus baúles. Muchas de ellas han servido y continúan sirviendo de sudarios funerarios para muchos de ellos durante años.
La Semana Santa llega a su fin con este rito repetido en tantas casas. Las manos de las mujeres colocan sencilla y delicadamente las ropas de las cofradías en los arcones.
Escondido, casi desconocido pero verdadero misterio que se repite en cientos de hogares y es el epílogo en el día de la Resurrección. Los faroles, las varas y las cruces permanecerán silenciosa y evocativamente en un rincón de la casa hasta el año que viene. Y callarán las campanas de Barandales cuya presencia define por sí sola esta Semana Santa. Campanas que suenan a tristeza y sufrimiento, acompañan por las calles la silueta de un Cristo que sufre y muere.
Y luego el futuro aparece al horizonte, los niños ocupan sus lugares favoritos y una nueva generación entre las cofradías. Los niños, como siempre, en las filas con sus deberes bien hechos: amar a Dios y a su tierra todo el tiempo, según el Evangelio de Zamora.
Ficha Técnica:
Cámara y grabación de imagen: Vicente Calvo Coria
Autor del texto: Luis Felipe Delgado de Castro
Voz en Inglés: Keith Bradford.
Músicas de “introducción”, “ interludios” y “epílogo”:
Piano:
Elisa Rapado Jambrina
Violonchelo:
Jaime Calvo-Morillo
Sonido: los originales de cada procesión recogidos en la calle.
Depósito legal: ZA-31/2004